60 familias antofagastinas de clase media reciben subsidios para adquirir una vivienda
A contar de hoy, 60 familias de la comuna de Antofagasta, tienen en sus manos los ansiados subsidios habitacionales
A contar de hoy, 60 familias de la comuna de Antofagasta, tienen en sus manos los ansiados subsidios habitacionales, con los cuales podrán optar a la adquisición de viviendas propias. La jornada, desarrollada en las dependencias del Servicio de Vivienda y Urbanización, reunió a los beneficiados del primer llamado 2016 del Programa D.S. Nº 1, enfocado en sectores emergentes y medios.
Con este certificado en su poder, entregado por las autoridades de Minvu y Serviu de la Región de Antofagasta, las familias podrán optar a la adquisición de viviendas nuevas o construidas desde 1.000 hasta 2.200 UF. En tanto, los montos de los subsidios varían entre 600 y 140 UF. A menor costo de la vivienda, mayor es el subsidio.
Según explicó la Directora del Serviu, Región de Antofagasta, «lo más importante es decirles a estas 60 familias y a quienes tienes subsidios anteriores, que estamos generando oferta real de viviendas para las familias. Por ejemplo tenemos un proyecto en el sector de la Chimba Bajo denominado Brisas del Norte, donde se está levantando un proyecto habitacional de 704 departamentos, donde el 80% está destinado a familias de clase emergente y media».
Asimismo, el Seremi del Minvu, Mauricio Zamorano, manifestó que «no ha sido fácil cumplir con las metas establecidas a comienzo de esta gestión, sin embargo, gracias al trabajo en conjunto con las familias y los vecinos, logramos reanudar la construcción de viviendas en toda la región, en la cual esperamos llegar alrededor de 6.000 proyectos, al final del período».
Representando a las familias beneficiadas con los subsidios, Yessenia Moreno, expresó que muchas de las familias presentes esperaron años para concretar el sueño de contar con un subsidio que permita facilitar el acceso al sueño de la casa propia. «En lo personal, puedo decir que agoté cada recurso para tener el pie, consiguiendo préstamos con familiares para dejar de vivir en arriendos y dejar esa incertidumbre de no saber si siempre tendremos un techo donde vivir y no solo por mí, sino por mis hijos y familia. A contar de hoy, podemos decir que el esfuerzo de cada uno valió la pena».